lunes, 13 de julio de 2009

¿No se nos estará enamorando?


Es una película verde, amarilla y roja. Es una lección de cómo hacer cine original. Es una fuente inagotable de inspiración. Es una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo (al menos en mi opinión). Es Amelie. Y Amelie cambiará tu vida.
  • Reparto de personajes: 10/10.
  • Montaje: 9/10.
  • Banda Sonora Original: 10+/10.
  • Efectos especiales: 8/10.
  • Sonido: 9/10.
  • Dinamismo: 9/10.
  • Originalidad: 10+/10.
  • Ambiente: 10/10.
  • Fotografía: 10/10.
  • Opinión personal: 10/10.
  • Media total: 9,7/10
Amigo como soy de las largas introducciones y de los contextos bien matizados, debo empezar hablando sobre el magnífico director de esta exquisita tragicomedia romántica, Jean Pierre Jeunet. Tengo vagos recuerdos de la infancia en los que mi padre me instaba a ver con él “La Ciudad de los niños perdidos”, película que por entonces odiaba, a pesar de las alabanzas y de las miles y miles de explicaciones que mi padre me tuvo que dar. Supongo que quedé marcado, porque años después volví a verla. Y al acabarla, rebobine la cinta (sí, era VHS y además grabado de la TV) y la volví a ver. Quedé maravillado. ¡Qué inmenso derroche de imaginación, qué manera de formar las escenas, qué actuaciones más sublimes!

Desde entonces, este particular director francés ocupa un lugar bien merecido en mi templo del cine. Amelie es, sin lugar a dudas, la obra cumbre de este genio. En un ambiente impregnado de humor de todos los colores (verde, amarillo y rojo), Jeunet nos cuenta una historia aparentemente inverosímil, con multitud de guiños y escenas de aires cotidianos que te hacen sonreír de puro gusto, a la vez que, en las profundidades se entrevén matices casi filosóficos.

Cabe destacar el inmensísimo trabajo del elenco de actores, encabezado por una Audrey Tatou que logra dar al personaje un toque justo de ingenuidad y de, aunque parezca contradictorio, “inocente maldad” que convierten a Amelie en un ser especial. Ninguno de los personajes desentona en el universo detallista de la película, y cada uno tiene un rol importante en la trama: desde el gato que gusta de escuchar cuentos infantiles hasta Hipólito, el escritor fracasado (Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer), pasando por el hombre obsesionado con su ex novia (y actor fetiche del director), la dependienta hipocondríaca del estanco, el hombre de cristal, que cada año pinta el mismo cuadro de Renoir, e incluso un gnomo de jardín.

Amelie no es una chica como las demás. Ha visto a su pez de colores deslizarse hacia las alcantarillas municipales, a su madre morir en la plaza de Notre Dame y a su padre dedicarle todo su afecto a un gnomo de jardín. El acontecimiento que menos te podrías imaginar enciende la mecha que embarca a Amelie en un viaje en pos de la felicidad de la gente de su alrededor, ¿pero quién va a cuidar desu propia felicidad?
La vida de Amelie da un vuelco en menos de 48 horas, y Amelie… Cambiará tu vida.

Bob

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