No hay que olvidar la importancia del espectáculo.

Controvertida dónde las haya ya en su versión original del austriaco Michael Haneke, este remake casi calcado del mismo director es el tipo de películas que se quedan grabadas en tu memoria, esas que odias y te repugnan; pero que te atraen por... sí, vale, morbo. Y es que con Funny Games, nada te hace sospechar qué hay detrás de esos planos eternos envueltos en música clásica.

Reparto de personajes: 8/10.
Montaje: 9/10.
Banda Sonora Original: 8/10.
Efectos especiales: 7/10.
Sonido: 9/10.
Dinamismo: 6/10.
Originalidad: 7/10.
Ambiente: 10/10.
Fotografía: 9/10.
Opinión personal: 9,9/10.
Media total: 8,2/10

Una familia feliz llega a su casa de veraneo a orillas del lago. Un jóven muy educado llega para pedir unos huevos, y desde entonces, el estómago no deja de subir y bajar.

Sorprende darse cuenta de lo poco que hace falta para atrapar al espectador de forma casi monstruosa en un Thriller lento si se tiene consciencia de los laberintos del subconsciente humano. Una trama llena del sadismo más bestial que se pueda encontrar, lejos de escenas gore fáciles, la película se cuela en tu mente, haciéndote sentir dentro de ese juego. Está llena de detalles que demuestran el absoluto control de los dos golfistas sobre tus emociones y la situación, colándose tan sútilmente que no parece más que eso, un divertido juego.

Haneke decide aventurarse al otro lado del océano para construir un remake casi plano por plano en el que da a conocer al gran público su obra maestra de la mano de una espectacular Naomi Watts y un desquiciante Michael Pitt. Demostrando así lo que puede ser el cine, matizando sus escenas para el público americano y dejando claras sus intenciones construye una película que se clava en el espectador. Un argumento abasalladoramente sencillo como la maldad por la maldad, no deja de recordarnos al dilema de La Naranja Mecánica en el estilo violento y la construcción de los personajes. Y por supuesto, una historia separada en dos partes: el antes y el después de darse cuenta de que en verdad eso no es un juego.

Me llamó especialmente la atención la frase del título: No hay que olvidar la importancia del espectáculo. Creo que define perfectamente las intenciones de la película, que te hace desear ferbientemente que pase algo ya, que acabe, aunque sea mal; pero ahí están nuestros dos amiguitos para recordarnos la importancia de que lo importante en el film es ver el desesperado intento de lucha por parte de los personajes, y no simplemente lo que pase o los motivos de que pase.

Si vas a verla, no esperes un rato agradable, y prepárate para ver a aquellos dos grimosos personajes hasta debajo de tu cama.

//JUL