- Reparto de personajes: 7/10
- Montaje: 7/10
- Banda sonora original: 7/10
- Efectos especiales: 7/10
- Sonido: 8/10
- Dinamismo: 6/10
- Originalidad: 6/10
- Ambiente: 9/10
- Fotografía: 5/10
- Opinión personal: 7/10
- Media total: 6,9/10
Muy bonita, todo muy bien ambientado, una actuación de Downey Junior bastante convincente y otra de Jude Law que no ha dado lo mejor de sí, un argumento entretenido, tirando a interesante y una banda sonora muy imaginativa y bien utilizada. ¿Qué pasa? Que la idea de ver al brillante detective Sherlock Homes dando puñetazos a diestro y siniestro, así porque sí, como que no me convence. Más bien me suena a business, si sabéis a lo que me refiero. Holmes era adicto a la cocaína, no a los puñetazos, y tocaba el violín, no pulsaba las cuerdas. Pero bueno, no todo tiene que ser grandes obras.
Como el Sherlock de Downey Junior haría, analicemos a este mero entretenimiento: uno, una melancólica y distorsionada melodía saluda a tus oídos, que pronto saben captar la originalidad musical y presienten que esta va a ser una de esas "pelis inteligentes", pero, nada más lejos de la realidad; dos, la música cambia a un tempo más convencional y más rápido y pierde bastante de su magia inicial; tres, la cámara empieza a moverse muy rápido, como en una vulgar película de acción, empiezan a salir rostros y cosas que no reconoces, la locura está servida; cuatro, no sabes muy bien por qué, pero de repente Robert Downey Jr. está calculando como deshacerse de un hombre con una serie de golpes magistrales que impedirán la recuperación completa de sus facultades; cinco, entre Holmes y la policía londinense arrestan a un hombre -bastante feo- que está realizando algún tipo de ritual. Inmediatamente huele a chamusquina. Lo cierto es que el principio no ayuda. Probabilidad de aburrimiento: más bien elevada, síntomas de buen cine: no en abundancia.
Pero bueno, basta ya de martirizar a la película, porque a pesar del gusto comercial de Ritchie por la acción y las escenas que parecen mucho y no dicen nada, el guión, simple aunque innecesariamente retorcido, avanza implacablemente y hace remontar la cinta, y eso junto con el gozoso apartado artístico-técnico y el impagable carisma de Downey Junior te mantiene pegado al asiento, entretenido y disfrutando. Vamos a ver, no es una gran obra maestra, pero las películas "ligeras" también tienen derecho a existir, sobre todo teniendo en cuenta la maravillosa recreación del ambiente victoriano, al servicio completo de las necesidades de la película. Y ver el Tower Bridge en construcción, es una especie de placer histórico. En fin, tampoco quiero demonizar a este moderno Sherlock Holmes. Sólo añado que si queréis pasar un buen rato, arriesgaos a verla, lo más seguro es que os guste mucho, o cuanto menos que os entretenga. Lo reitero, sólo por ver a Robert Downey Junior en acción en el Londres victoriano, ya casi merece la pena.
Bob
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