domingo, 22 de noviembre de 2009

¡Voglio una donna!

Al fin me he atrevido a adentrarme en el mundo personal del italiano Federico Fellini. Quizás haya escogido mal la primera película suya que veo, puede que me crease falsas expectativas por lo que he leído o me han contado sobre Fellini. En fin, no puedo decir que Amarcord me haya decepcionado, pero desde luego, dista mucho de ser lo que yo creí que sería.



  • Reparto de personajes: 8/10
  • Montaje: 9/10.
  • Banda sonora original: 10/10.
  • Efectos especiales: 9/10.
  • Sonido: 8/10.
  • Dinamismo: 7/10.
  • Originalidad: 7/10.
  • Ambiente: 9/10.
  • Fotografía: 9/10.
  • Opinión personal: 8/10.
  • Media total: 8,4/10.

Bien, el principal y casi único "defecto" (sí, yo me lanzo de lleno a lo malo)que le veo a la película es la brusquedad con que se nos presenta su singular modo narrativo y quizás también la ausencia inicial de intención de la historia. Y ahora me explico. Cuando empieza la película -tras haber disfrutado de unos minutos de los títulos de crédito con la fastuosa melodía de Nino Rota)- todo se siente muy lejos, inconexo, en un pueblecito italiano en su vida más o menos común, da la impresión de que no hay un punto concreto en que fijar la vista, quiero decir, un elemento en la narración que intuyas que tendrá relevancia, y que fije tu interés. Esta maniobra, seguramente intencionada, hizo, en mi caso que la narración in absentia en este principio, perdiera fuelle para los momentos más relevantes que vendrían después, más que provocar admiración hacia el fresco costumbrista y de corte más bien realista que se va perfilando ya desde ese principio, con mucha fuerza y que después está presente en toda la película.
Es, de todas formas, una sensación personal, que mucha gente discutirá, pero bueno. No estoy en ningún caso abogando por la narrativa simplona y comercial, de hecho soy un sincero admirador de las películas de David Lynch, que no destacan precisamente por cu convencionalismo narrativo, simplemente me hubiese gustado más la película si hubiese gozado de algún atisbo remoto de intención, es decir, que el argumento tuviese un motivo primordial ya desde un principio en lugar de ir esbozándose poco a poco. Cuestión de gustos.

Continuemos hablando acerca de la contraposición absoluta al """"fallo"""" narrativo: la inmensa y absolutamente genial caracterización de los personajes y de los ambientes. Y es algo que nadie podrá discutir. Se nota de principio a fin un intenso amor a los detalles, que son sin lugar a duda el principal aliciente de cualquier historia, cualquier película, expresión musical, visual o incluso de la vida misma. Con ese amor están pintados cada uno de los delirantes pero absolutamente creíbles personajes ("La Gradisca", "La Volpina", el abuelo, el pariente loco, cada uno de los profesores...) que desfilan por la exquisita ambientación que ya califiqué antes como "realista" y "costumbrista". Con diálogos que fluyen por su propia naturalidad y situaciones que aunque sin estar directamente relacionadas, sin seguir un continuo o causa-efecto, no pueden más que hacerte sonreír ante tal despliegue de arte cinematográfico. También he de decir que la introducción de Mussolini en la historia se nota al principio quizás un poco metido con calzador, pero tiempo después, te das cuenta de que encaja perfectamente en el relato del pueblo, y funciona perfectamente como un elemento más en él.
En fin, una película antológica, con momentos de levantarse del asiento, respirar hondo y volverse a sentar maravillado por el buen cine. Sí, es sin duda un filme de situaciones: el pueblo acudiendo en masa en barcazas al encuentro de un transatlántico, el abuelo inmerso en la espesa niebla creyendo haber muerto, la Internacional sonando desde el campanario, el interrogatorio, la inmensa nevada...

No quisiera hablar más de lo debido, así que no tengo nada más que decir, salvo que si veis Amarcord no quedaréis indiferentes y no os arrepentiréis de haberla visto. Ciao!

Bob

1 comentario:

  1. SEE IN MOTIONS VIVE
    Seguid así, chicos, que por aquí se os echa en falta!

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