El indiscutible maestro del cine Clint Eastwood realizó en 2006 una pareja de películas que narraban los acontecimientos que tuvieron lugar, durante la IIGM, en la batalla de Iwo Jima (Japón). En esta pequeña isla, los japoneses habían construido varios aeródromos, y en ella tenían instalado un radar con el que detectaban los ataques aéreos americanos mucho antes de que se produjeran. Sopesando las ventaja e inconvenientes que la toma de esa isla les reportaría, los americanos decidieron atacar y tomar Iwo jima. Cartas desde Iwo Jima es la historia del poder de la desesperación, la desesperanza y el absurdo patriotismo lleva a los hombres del destacamento japonés de Iwo Jima a defenderla con su vida, en una batalla cuyo final estaba previsto de antemano.
- Reparto de personajes: 10/10
- Montaje: 9/10.
- Banda sonora original: 9/10.
- Efectos especiales: 10/10.
- Sonido: 10+/10.
- Dinamismo: 9/10.
- Originalidad: 10/10.
- Ambiente: 10+/10.
- Fotografía: 10/10.
- Opinión personal: 10/10.
- Media total: 9,9/10.
La película comienza. Un grupo de personas excava en las tierras volcánicas, llenas de arena, ceniza y lapilli, y encuentran un fardo de cartas envueltas en tierra y polvo. Las cartas de los soldados de Iwo Jima. Entonces, el hilo narrativo de desplaza al pasado. Los soldados están excavando. No hacen más que cavar y cavar, y en al ambiente está el pensamiento general de que las trincheras serán también sus tumbas.
Desde un primer momento, la narración se apoya en el hilo conductor de la lectura en off de las cartas que se escriben en la isla, así como en su escritura en la propia acción directa del filme. Es un recurso interesante. Se utilizan las cartas como excusa para los sugestivos flashbacks, que a su vez es el principal modo que tenemos de conocer a fondo a los personajes, sus motivos, sus temores, todo aquello que dejaron atrás para ir a la -estúpida- guerra, y para dar unidad al conjunto de la película, aunque no estoy seguro de que sea una buena opción. Es brillante el uso que se hace de las epístolas para dar a conocer diferentes detalles de la trama de un modo indirecto y sublime, sin embargo, se siente también como algo forzado. Como una idea genial que surgió y no supieron realmente cómo llevarla a cabo. El resultado es un ritmo narrativo muy original y tremendamente entretenido, pero un poco carente de sentido.
De todas formas, siempre me regodeo en los fallos, pero normalmente son de calibre menor. Este es, desde luego el caso, puesto que tanto el guión, como las actuaciones, el montaje, la fotografía... Son absolutamente impresionantes.
Es una gran obra maestra, sí señor. Y creo que gran parte de su grandeza reside en el hecho de que se muestra la IIGM desde un punto de vista que pocas veces -si no ninguna- había surgido en el cine. Al menos en el cine de relativamente amplia difusión.
Porque, pensemos: ¿cuántas películas hay sobre l Segunda Guerra Mundial? Creo que millares. Es la excusa más utilizada durante toda la historia del cine para hacer una película. Sin embargo, la mayoría de las veces, las películas se centran -si son dramas- en las historias personales de aquellos que sufrieron en horror del holocausto, y si son películas de corte más bien bélico, hablan sobre la "grandeza" y el "valor" de las tropas aliadas, o bien tratan el tema de un modo aproximadamente objetivo, pero siempre, a pesar de todo, acercándose más a la facción "de los buenos".
Y veamos, ¿todas estas comillas que vienen? Pues vienen a que las guerras en general son todas, y discúlpenme la grosería, una mierda. En cartas desde Iwo Jima, Clint Eastwood te da la oportunidad de vivir muy de cerca la desesperación, el anhelo e imposibilidad de vivir y la destrucción que se puede vivir en esos momentos, desde un punto de vista totalmente nuevo: "los malos". Y vuelta con las comillas. En la película, no hay buenos, ni hay malos. Sólo hay dos bandos "enfrentados" (lo siento, no sé qué me pasa hoy con las comillas) que tratan de seguir viviendo un día más, con tal de no ceder.
Pero sigamos, sin salirnos por la tangente -aunque ya lo hayamos hecho- con la película en sí. Los soldados en Iwo Jima viven la llegada de un nuevo comandante (brillantemente interpretado, con todas sus sutilezas, por el actor Ken Watanabe -El Último Samurái-), con una forma nueva de entender la guerra. Inmediatamente, el comandante Kuribayashi, ordena la retirada de las tropas de la playa, para replegarse a la barrera de la roca volcánica, creando una red de túneles en el Monte Surabachi, búnkeres enterrados, trampas, fortificaciones...
Este ingenioso cambio estratégico fue lo que consiguió que, a pesar de unas condiciones de vida lamentables, con agua turbia, disentería por doquier, poca munición y sin ninguna clase de apoyo del Imperio, los japoneses aguantasen casi 40 días defendiendo su isla de los asaltos tecnológica y numerosamente superiores de los americanos. Kuribayashi advierte a sus soldados que no saldrán vivos de allí. Y así fue, pero aguantaron todo lo que pudieron, contra viento y marea, en las rocas de Iwo jima.
Bob
adoro a Clint Eastwood!
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