sábado, 10 de abril de 2010

Pedir perdón


  • Reparto de personajes: 9/10
  • Montaje: 7/10
  • Banda sonora: 5/10
  • Efectos especiales: 5/10
  • Sonido: 7/10
  • Dinamismo: 8,5/10
  • Originalidad: 7/10
  • Ambiente: 9/10
  • Fotografía: 7,5/10
  • Opinión personal: 7,5/10
  • Media total: 7,25/10

Me ha sorprendido el señor Demme, si señor (en los dos sentidos posibles). No me esperaba gran cosa de su película Rachel getting married o "La boda de Rachel", si preferís el título español. Su sinopsis no prometía ningún despliegue de originalidad o de gran cine: Kym (una estupenda Anne Hathaway) sale de un centro de rehabilitación para pasar un fin de semana en su casa y asistir a la boda de su hermana Rachel (Rosemarie Dewitt). Lo que se plantea como una reunión familiar se tuerce cuando salen a colación viejas tensiones.
Hasta aquí todo muy sencillo, la historia más vieja que existe, el retorno del hijo pródigo.
Pero la verdad es que está tratada con un encanto y sensibilidad singulares.

Como dice Boyero, pretende ser cercana, humanista, compleja y emotiva. Según él mismo, no lo consigue (de hecho la califica de sosa y "a ratos pesadita", haciendo alarde de su lenguaje supuestamente "claro y sin tapujos", que a mi me parece más bien fuera de tono y lugar en la mayoría de ocasiones. Otra cosa es que normalmente coincida con él), según yo, no consigue lo que quiere pero logra otra cosa nada desdeñable.

Yo creo que Demme se equivocó a la hora de rodar esta historia tan accesible y ciertamente interesante como si de un Lars Von Trier edulcorado se tratase, es decir, acercándose a la imbecilidad supina del Dogma y todas sus chorradas (cámara en mano, sin cambios espaciotemporales, y el penoso intento de hacer que la música esté presente en la escena, algo que en mi opinión es absurdo y cargante). Quiso hacerlo profundo e intelectual, pero no supo. Bueno, no nos preocupemos, el resultado no es tan malo.
¿Que el director está un poco desorientado y no sabe lo que quiere? De acuerdo, pero sin querer ha logrado una película con un dramatismo superficial y gracias al trabajo de cámara, observado "a distancia", como situándonos fuera de la acción. Esta falta de empatía en la imagen es lo que, paradójicamente, hace a la película especial. Le da un aire de cotidianeidad, como de vídeo casero, transformando a la cinta en algo que parece un "collage" de recuerdos familiares que de por sí está vacío de todo sentimiento, pero que al acercarse a él resuenan en tu mente emociones pasadas.
Espero haberme explicado bien.

Qué decir del personaje principal de esta película, la mordaz, ingeniosa, atormentada y ex-drogadicta Kym. Anne Hathaway es lo que más brilla de toda la película, nos enternece, nos atemoriza. Es una gran actriz, que ha sido desaprovechada en multitud de ocasiones (como en su horrendo papel en la "Alicia" de Tim Burton). En general todos los miembros del reparto gozan de una naturalidad fresca, aunque con algún defecto de caracterización o recursos arquetípicos (recuerdo ahora el personaje del padre, que a ojos del espectador acaba pareciendo un completo estúpido por carencias de guión). También acusaría a los responsables de casting por elegir para los papeles de las hermanas a dos actrices con narices tan dispares como son Hathaway y Dewitt, pero apéndices nasales aparte, ambas están perfectas en sus respectivos roles.

Por mi parte nada más que decir salvo que Rachel getting married es una película notable, pero que se queda en "lo que pudo ser y no es". Demme debería dar las gracias a Hathaway y a la diosa Fortuna por sacarle las castañas del fuego. Dónde está el director de El silencio de los corderos...

Bob

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