Llegó la hora de comentar la nueva y esperadísima del gran maestro del cine Martin Scorsese, Shutter Island, quien se ha llevado este año 2010 el premio honorífico Cecil B. DeMille en los Globos de Oro por su brillante carrera como realizador.
- Reparto de personajes: 10/10
- Montaje: 10/10
- Banda sonora: 10+/10
- Efectos especiales: 10/10
- Sonido: 10/10
- Dinamismo: 10/10
- Originalidad: 10/10
- Ambiente: 10+/10
- Fotografía: 10/10
- Opinión personal: 10/10
- Media total: 10,2/10
Los agentes Edward Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) llegan a una remota isla de Boston en la que se encuentra una institución psiquiátrica única en el mundo: en ella están los criminales más perturbados y peligrosos, y una de ellos se ha escapado. En su búsqueda de la fugitiva Rachel Solando, Daniels y Aule llegarán a descubrir que en esa institución hay secretos que todos conocen y que nadie desvela. Quizás nunca consigan salir de la isla...
No sé que puedo decir de Shutter Island: cuando uno se encuentra la perfección, es más difícil describirla que denostar los fracasos. Supongo que es más sencillo y humano realizar mis elogios sistemáticamente, es decir: vamos por partes.
Lo primero en lo que inevitablemente te fijas es en la cinematografía de la película, a cargo de Robert Richardson, grande entre los grandes y colaborador habitual, entre otros del propio Scorsese y Oliver Stone y responsable de bellezas sublimes como The Aviator o la saga Kill Bill, que es toda una lección de cómo se debe hacer cine para impresionar al espectador medianamente experimentado. En Shutter Island, lo que nos muestra la pantalla del cine es un luminoso cuadro neoclásico revestido de una atmósfera "años 50" que alude a la decadencia, o, digamos a la "simplicidad" de la Serie B. Si aplicamos este patrón a un paraje que yo al menos nunca he visto en el cine, como es la susodicha y tétrica isla, los pasillos del manicomio, el mar y el tiempo tormentoso, obtenemos un aspecto visual que sobrepasa la más excelsa perfección, de aires románticos aderezados con una utilización de la banda sonora que juega con las emociones del espectador y contribuye a crear más tensión dramática.
Scorsese de nuevo se rodea de un reparto increíble, encabezado por su actor fetiche II, Leonardo DiCaprio, que espero se lleve el oscar de una vez por todas con su papel del agente judicial Teddy Daniels y las dos nominaciones que pronostico que tendrá (Inception, Shutter Island), y una serie de secundarios que no hacen más que aumentar la atmósfera opresiva del filme con sus buenísimas actuaciones: Mark Ruffalo, Ben "Mahatma" Kingsley y el perturbador Max Von Sidow.
Es muy curioso en el ritmo narrativo cómo se van caracterizando y se va ahondando en los personajes clave de la trama: el agente Daniels y Rachel Solando. Las escenas oníricas, aunque supongo que habrá quien quiera criticarlas, son en mi opinión, un punto fuerte de la película que contribuye a esta caracterización, a nivel superficial y profundo, y su estética es maravillosa: el fuego, el humo, esos brillantes tonos pastel en contraste con colores más intensos. Una pasada, vamos.
La ágil y dinámica cámara de Scorsese avanza imparable por un fabuloso thriller psicológico que tiene el honor de ser la primera película que logra sorprenderme desde hace años. Y qué decir de la eterna colaboradora del director, Thelma Schoonmaker, encargada del montaje, que una vez más es perfecto.
Y ya no sé qué más decir. En mi opinión es perfecta, y Martin Scorsese, película tras película, se gana mi admiración y el título por mi parte de mejor director del tiempo actual. Espero con ansias sus próximas obras.
Bob