viernes, 5 de marzo de 2010

¿Es preferible vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?

Llegó la hora de comentar la nueva y esperadísima del gran maestro del cine Martin Scorsese, Shutter Island, quien se ha llevado este año 2010 el premio honorífico Cecil B. DeMille en los Globos de Oro por su brillante carrera como realizador.




  • Reparto de personajes: 10/10
  • Montaje: 10/10
  • Banda sonora: 10+/10
  • Efectos especiales: 10/10
  • Sonido: 10/10
  • Dinamismo: 10/10
  • Originalidad: 10/10
  • Ambiente: 10+/10
  • Fotografía: 10/10
  • Opinión personal: 10/10
  • Media total: 10,2/10

Los agentes Edward Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) llegan a una remota isla de Boston en la que se encuentra una institución psiquiátrica única en el mundo: en ella están los criminales más perturbados y peligrosos, y una de ellos se ha escapado. En su búsqueda de la fugitiva Rachel Solando, Daniels y Aule llegarán a descubrir que en esa institución hay secretos que todos conocen y que nadie desvela. Quizás nunca consigan salir de la isla...

No sé que puedo decir de Shutter Island: cuando uno se encuentra la perfección, es más difícil describirla que denostar los fracasos. Supongo que es más sencillo y humano realizar mis elogios sistemáticamente, es decir: vamos por partes.

Lo primero en lo que inevitablemente te fijas es en la cinematografía de la película, a cargo de Robert Richardson, grande entre los grandes y colaborador habitual, entre otros del propio Scorsese y Oliver Stone y responsable de bellezas sublimes como The Aviator o la saga Kill Bill, que es toda una lección de cómo se debe hacer cine para impresionar al espectador medianamente experimentado. En Shutter Island, lo que nos muestra la pantalla del cine es un luminoso cuadro neoclásico revestido de una atmósfera "años 50" que alude a la decadencia, o, digamos a la "simplicidad" de la Serie B. Si aplicamos este patrón a un paraje que yo al menos nunca he visto en el cine, como es la susodicha y tétrica isla, los pasillos del manicomio, el mar y el tiempo tormentoso, obtenemos un aspecto visual que sobrepasa la más excelsa perfección, de aires románticos aderezados con una utilización de la banda sonora que juega con las emociones del espectador y contribuye a crear más tensión dramática.

Scorsese de nuevo se rodea de un reparto increíble, encabezado por su actor fetiche II, Leonardo DiCaprio, que espero se lleve el oscar de una vez por todas con su papel del agente judicial Teddy Daniels y las dos nominaciones que pronostico que tendrá (Inception, Shutter Island), y una serie de secundarios que no hacen más que aumentar la atmósfera opresiva del filme con sus buenísimas actuaciones: Mark Ruffalo, Ben "Mahatma" Kingsley y el perturbador Max Von Sidow.

Es muy curioso en el ritmo narrativo cómo se van caracterizando y se va ahondando en los personajes clave de la trama: el agente Daniels y Rachel Solando. Las escenas oníricas, aunque supongo que habrá quien quiera criticarlas, son en mi opinión, un punto fuerte de la película que contribuye a esta caracterización, a nivel superficial y profundo, y su estética es maravillosa: el fuego, el humo, esos brillantes tonos pastel en contraste con colores más intensos. Una pasada, vamos.

La ágil y dinámica cámara de Scorsese avanza imparable por un fabuloso thriller psicológico que tiene el honor de ser la primera película que logra sorprenderme desde hace años. Y qué decir de la eterna colaboradora del director, Thelma Schoonmaker, encargada del montaje, que una vez más es perfecto.

Y ya no sé qué más decir. En mi opinión es perfecta, y Martin Scorsese, película tras película, se gana mi admiración y el título por mi parte de mejor director del tiempo actual. Espero con ansias sus próximas obras.

Bob


Becoming George

Un hombre Soltero (A Single Man, para los maniáticos, como yo) siempre me llamó la atención desde que supe de ella por primera vez. Pues bien, he de decir que no me ha decepcionado en absoluto.


  • Reparto de personajes: 10/10
  • Montaje: 8/10
  • Banda sonora original: 10/10
  • Efectos especiales: 7/10
  • Sonido: 8/10
  • Dinamismo: 6/10
  • Originalidad: 7/10
  • Ambiente: 10/10
  • Fotografía: 9/10
  • Opinión personal: 9/10
  • Media total: 8,4/10
Esta es, indudablemente, una historia con "alma humana", como lo fue para mí el grandioso recital de Sofia Coppola en Lost in translation, con un guión bastante alternativo (basado en la novela homónima de Christopher Isherwood) que se basa principalmente en los sentimientos, en la propia naturaleza del ser humano y su reticencia a los cambios, al tiempo que la película se estructura como otras muchas, de manera muy simétrica, incluyendo ese sentir profundo de orden cósmico que aporta seguridad y agrada tanto al ser humano. No espero que hayáis entendido a qué me refiero, pero diré que estoy aludiendo al final.

Sí, el guión tiene un gran potencial, pero en mi opinión, está tratado probablemente con excesiva trascendencia, lo cual causa ocasionalmente una sensación de afectación e histrionismo que paradójicamente acaba por coartar la profunda dimensión dramática de la película. Lo atribuyo a la mano "inexperta" (nótense las comillas) del director debutante Tom Ford, aclamado diseñador de moda que ha demostrado ser igual de talentoso en el séptimo arte.

Se podrían escribir párrafos y párrafos acerca de Colin Firth en esta película. Cierto es que su papel tiene una carga emocional importante, pero por contradictorio que parezca, no posee esa "chispa dramática" que permite a un actor lucirse. Y sin embargo se luce. Y no se luce por tener un acceso de ira, sufrir un momento de extrema tristeza o llevar sus emociones al extremo. No. Se luce con naturalidad, con sencillez, se luce por adaptarse a su papel con absoluta perfección, por diluirse en la mente de George Falconer, profesor universitario inglés mutilado por la muerte de su novio, Jim (Matthew Goode), y convertirse en esa otra persona.
Qué decir también de Julianne Moore, una de mis actrices favoritas y que siempre está magnífica. Sus escenas son, en mi opinión ,algunas de las más logradas estéticamente (impagable la belleza visual del momento en que se maquilla frente al espejo).
Así que, vengo a decir que en el apartado interpretativo, todo está perfectamente en su sitio, y esto es algo que confiere una grandeza inusitada a la película.

Construida con gran perfeccionismo e innegable buen gusto en cada uno de sus planos, con una fotografía, llamémosla perfecta, si de algo hay que acusar a A Single Man, es de su ritmo ligeramente lento y de su obstinada insistencia en unos primeros planos estáticos, que en ocasiones sólo pueden soportarse gracias a la preciosa estética y atmósfera -todo muy años 60- que destila el filme.

La banda sonora de Abel Korzeniowski, brillante y omnipresente en la cinta, la dota de aires oníricos, y el compás ternario convierte a la música de esta película en una maravilla. Sería injusto hablar de la banda sonora y obviar al que, con permiso de Korzeniowski y en mi opinión, compuso la pieza más bella (George's waltz), el japonés Shigeru Umebayashi, encargado de la música adicional en multitud de películas, y que tiene unos golpes de genio compositivo realmente originales (por ejemplo, el Yumeji's theme que tantos sentimientos suscita en la exquisita película de Wong Kar-wai In the mood for love).

Definitivamente, aunque nadie haga mucho caso a esta película cuyo mercado, la verdad, es bastante reducido, estamos ante una pequeña joya muy digna de ver y que es un éxtasis visual para cualquier amante del cine.

Bob