lunes, 21 de diciembre de 2009

Te veo...

No pienso empezar diciendo, como hace todo el mundo "la largamente esperada Avatar". Principalmente porque yo no fui uno de esos que confió en Cameron desde el principio y que siempre quiso ver lo que el director canadiense nos ofrecía. No, a mi me llegó más tarde y con menos intensidad. Pero mentiría si dijese que no esperaba verla como agua de mayo. Y sin más palabrería de esta que a nadie le interesa, acabo mi ya consabida introducción que tanto me gusta y entro en el tema...

-Antes de nada, advierto que la crítica contiene detalles de la trama-

  • Reparto de personajes: 9/10
  • Montaje: 9/10.
  • Banda sonora original: 10/10.
  • Efectos especiales: 10+/10.
  • Sonido: 10/10.
  • Dinamismo: 8/10.
  • Originalidad: 8/10.
  • Ambiente: 10/10.
  • Fotografía: 10/10.
  • Opinión personal: 8/10.
  • Media total: 9,3/10.
Para ser sincero, debo empezar diciendo que Avatar es básicamente una película hecha para permitir el lucimiento de los magníficos avances técnicos en materia de animación por ordenador, captura de movimiento y expresiones y demás asuntos cinematográficos. Ese es quizás su único punto débil, junto con la ya conocida orientación comercial de su director, James Cameron, que dota a la trama de algunos asuntos ya bastante gastados y corrientes y una cierta enmarcación de los personajes en el tópico. Fuera de este pequeño inconveniente al que no voy a permitir que empañe mi crítica y mi opinión sobre Avatar, la película es francamente asombrosa, y no se la puede condenar, como parece que la gente está haciendo por ahí, por un motivo que no comprendo.

Sólo una fecunda imaginación, empecemos por ahí, es capaz de imaginar unos parajes tan bellos e inspiradores como los que cubren Pandora, y una biodiversidad tan rica y tan deliciosamente animada y creíble. Si la ambientación, los paisajes de Pandora son grandiosos, entonces no hay adjetivos posibles para describir la magnificencia de los Na'vi. Está clarísimo que estamos ante el futuro de la técnica cinematográfica. Si anteriormente Gollum fue para mí la cumbre de la animación, entonces los Na'vi están sin duda más arriba, coronando las nubes. Es increíble con qué realismo y precisión se trasladan los gestos y expresiones de los actores, sus movimientos (especialmente nombro a Zoe Saldaña y su encarnación, Neytiri, el personaje verdaderamente más fascinante de la historia, atractivo, sexy -por qué no decirlo, aunque sea una especie de gato simiesco azul- y sumamente interesante). James Cameron no ha fallado en este aspecto, y se ha consagrado como innovador y maestro del cine. No lo llamo "rey del mundo" porque me parece muy tonto el juego de palabras y estoy harto de verlo por ahí.

Pasando a otro asunto, la cultura de los Na'vi, tribalizada y hondamente ecológica, enlazada con ese "espíritu gaia" -Eywa, para los iniciados- que forma una red biológica y mística en el planeta (punto, a mi parecer, más interesante de la trama) está definitivamente bien plasmada en el filme, y la descripción de sus costumbres, de su manera de "Ver el bosque" a través del aprendizaje del personaje de Sam Worthington (Jake Sully) es bastante sutil, y si no, cuanto menos se hace amena y atractiva.

Y si el apartado visual está orientado a causar el asombro en el espectador, entonces qué decir de la épica partitura de James Horner. Quizás no llegue a los niveles de leyenda de Titanic, por poner un ejemplo de su extensa carrera, pero es como mínimo muy buena, y pienso que no puede discutirse que está muy acertada en cuanto a la película en sí. Utilizando percusiones con ritmos étnicos e instrumentos de viento madera para conseguir ese toque tribal de los Na'vi y ya cadencias más convencionales y sonidos electrónicos y menos místicos junto con la aparición de instrumentos de metal para el mundo humano hostil y de mente estrecha (representado en un genial Stephen Lang como el Coronel Quaritch) la música vuela de una escena a otra, sonando en los momentos precisos y de la forma precisa haciendo las delicias de aquellos cinéfilos que, como yo, amamos casi tanto la banda sonora como la propia película. Además, no está mal resaltar que a lo largo de la película se repite un leitmotiv (fruto del autoreciclaje de Horner, la verdad sea dicha), que al principio suena a Titanic (intencionadamente o no) pero que luego, en la tercera nota, adquiere un tono entre místico y esperanzado reforzado por la tribalización que ya comenté antes.

Esto parece interminable, y la verdad es que no he acabado. Me toca tratar la bastante cursi pero no desacertada historia romántica. Aunque no es el motivo principal de la trama, sí que tiene su relevancia y su curiosidad (el momento en que Jake, el humano, acaricia a su amante Na'vi, por ejemplo, me pareció muy tierno y atinado), y está relativamente bien tratada a pesar de sonar un tanto afectada en ocasiones. Y luego está el excesivo pudor con que se trata la demasiado efímera escena culmen de la unión entre Jake y Neytiri, que, la verdad podría haber sido un poco menos light (y esto es sólo una opinión y ninguna queja ni nada por el estilo) para darle más relevancia a la historia de amor. o por lo menos que el susodicho romance saliese a colación de una manera más importante, sin esa sensación de poca importancia (no me preguntéis cómo se hace eso, porque no lo sé. Cuestión de narrativa, supongo).

No me quería despedir sin hablar de Sigourney, la verdad. Weaver, a pesar de no ser una actriz apoteósica, ha sido siempre una de mis favoritas, quizás por ese aire frío y duro que imprime a todos sus personajes (la doctora Grace Augustine no es una excepción), con un fondo afable que no vacila en mostrar, a pesar de todo. Grace Augustine es un personaje carismático, bastante cómico y también con sus momentos dramáticos (no estoy seguro de si su muerte funciona al 100% en la trama), al que se le coge simpatía desde un primer momento.

Y bueno. Creo que ya he molestado bastante, así que, perdonadme si no he hablado lo suficientemente claro y espero de todo corazón que vayáis al cine a uniros al maravilloso y "extasiante" mundo de Pandora.

Bob

La guerra es una droga

Intenté conseguir ver esta película por todos los medios a mi alcance, pasando a través de muchas y variadas vicisitudes desde que vi que estaba nominada en los Golden Globes. Tras haber logrado acceder a ella, no sin mucho esfuerzo y desesperación, aquí estoy, tras mucho tiempo abandonado al estudio y la contemplación, de regreso en Seein' Motions y de nuevo con ganas de hablar de cine...




  • Reparto de personajes: 9/10
  • Montaje: 9/10.
  • Banda sonora original: 8/10.
  • Efectos especiales: 9/10.
  • Sonido: 10/10.
  • Dinamismo: 10/10.
  • Originalidad: 10/10.
  • Ambiente: 10/10.
  • Fotografía: 9/10.
  • Opinión personal: 9/10.
  • Media total: 9,3/10.



The Hurt Locker es una película sobre la guerra de Iraq... Todo esto con la boca pequeña, porque yo diría que más bien es una cinta acerca de los soldados, que viven su día a día en mitad de una guerra en un terreno hostil y desconocido, como quien va a la oficina cada mañana en el metro, pero cambiando oficina por territorio hostil y metro por camión blindado.
Además de una buena dosis de acción, siempre muy recomendable para aderezar la trama, tensión casi constante, y unas leves pero impactantes pinceladas de amenaza, suspense e incluso terror (no del de vísceras, fantasmas y cosas de esas, no: terror REAL, del que existe, vaya), es esta una película altamente psicológica. Aunque no conozcamos la vida, obra y milagros de cada uno de los personajes, el filme nos muestra, muy discreta y sutilmente, la verdad, la personalidad y la psicología profunda de los miembros de la brigada de desactivación de explosivos, brillantemente interpretados, sobre todo por parte del alocado Jeremy Renner. Y todo esto, que es lo más importante, sin caer en el arquetipo clásico de una forma demasiado burda y directa.

A pesar de que la banda sonora, haciendo honor a la verdad, no sea uno de los puntos fuertes de la película (se parece sospechosamente a la de EL Caballero Oscuro, en esos "Strings" que ascienden en la escala en ominoso crescendo) y eso para mí suele ser un duro handicap, obviaré en este caso su falta de creatividad en este campo destacando que, aunque el material musical no sea del todo bueno, su uso es bastante inteligente, y bien combinado con el movimiento fresco de la cámara, que perpetuamente temblando se mueve de aquí para allá cuando es necesario, sin llegar a agobiar y se está quietecita cual estatua con algún ocasional zoom dramático muy adecuado si la historia lo requiere.

Sólo añadir que las peripecias de nuestra brigada de artificieros, además de estar contadas con perversa brillantez, tienen un je ne sais quoi bastante morboso que atrae sin piedad al espectador. También hay momentos duros, por supuesto, en los que desaparece el je ne sais quoi para ser sustituido por un je ne veux pas savoir quoi (y disculpadme el horrible juego de palabras construido con mi horrible francés, pero creo que servirá) que es inherente al género bélico que, por cierto, tanto me gusta.
Genial y original película que permanece en la memoria al menos durante unos horas. Créanme, Iraq nunca ha estado tan cerca de nosotros.

Bob