sábado, 29 de agosto de 2009

Perdido en la traducción


Hace un tiempo, sufrí un azote de curiosidad acerca de esta película, debido a su directora, Sofia Coppola. Quería saber si la estirpe familiar continuaría sirviendo fielmente al séptimo arte. El caso es que, ni corto ni perezoso, me dispuse a ver, juzgar y reflexionar.

  • Reparto de personajes: 9/10
  • Montaje: 9/10.
  • Banda sonora original: 8/10.
  • Efectos especiales: 7/10.
  • Sonido: 9/10.
  • Dinamismo: 10/10.
  • Originalidad: 10+/10.
  • Ambiente: 10/10.
  • Fotografía: 10/10.
  • Opinión personal: 10+/10.
  • Media total: 9,4/10.

Como dije, Sofia Coppola dirige y escribe una apabullante historia de contrastes y humanismos, en la que la comedia se confunde con el drama de una manera tan exquisitamente elegante que consigue una empatía absoluta con el espectador. El trabajo del elenco de actores es inmejorable, mostrando un amplio abanico de emociones sin casi ningún esfuerzo, enfatizadas por un ambiente preciso y realista, e impreganadas con grandes dosis de ironía bien calculada. En otras palabras: el filme en conjunto está tan maravillosamente bien planeado que da la sensación de estar viendo una improvisación, algo espontáneo y muy humano.

En mi opinión, Lost in translation –que empieza a brillar ya con su maravilloso título- es un ejercicio de introspección en el que sale a relucir las más simples facetas de la naturaleza humana.
Coppola, que adquiera ya nombre propio para dejar de ser “La Hija De…”, nos regala multitud de magníficas escenas que perduran en la mente y en la retina, que, sin proponérselo siquiera, activan nuestros recuerdos y con mucho humor nos recuerdan al mismo tiempo que somos seres humanos.

A partir de una premisa y un argumento bastante simple (dos norteamericanos perdidos en el mundo colorista y alocado de Japón) los protagonistas nos ofrecen unas interpretaciones tan logradas que no parecen serlo. Cabe destacar la actuación de Bill Murray, que en mi opinión merecía el Oscar muchísimo más que Sean Penn (quién lo ganó por su participación en Mystic River, creo recordar…). Cuando acabas de ver la cinta, estás tan prendado de Bill Murray que incluso sientes ganas de rebobinar y volver a verla. Su personaje posee un finísimo y distinguido sentido del humor muy irónico, que ya desde un primer momento armoniza con el espectador.

Para concluir ya, valorándolo todo en su conjunto, diré que Lost in Translation es una muy buena película, muy bien pensada y técnicamente casi perfecta, con unas actuaciones que dejan a uno mudo de asombro y susceptible de provocar todo tipo de reacciones y emociones. El cine más humano que jamás he visto.

Bob

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